¿Qué son los amortiguadores del coche?
Los amortiguadores son un elemento clave para una conducción cómoda y segura ya que forman parte del sistema de suspensión. Trabajan con otros elementos del sistema como el muelle, los brazos o las rótulas.
Las partes más importantes de un amortiguador son los soportes, los cilindros, el tubo doble, el eje de acero, el pistón y el aislante, que suele ser de caucho y reduce el ruido y la vibración.
¿Para qué sirven?
La función principal de un amortiguador es controlar las oscilaciones, las vibraciones y el rebote del coche, actuando directamente sobre el neumático y sobre la rodadura. Un buen sistema de suspensión garantiza desplazamientos cómodos, agarre en cada curva y una distancia de frenado correcta. Siempre debe de ser el fabricante o un especialista mecánico quien determine qué tipo de amortiguador es el perfecto para tu coche, teniendo en cuenta las dimensiones de tu vehículo, la potencia y el tipo de desplazamientos que hagas.
Cómo funcionan
El amortiguador hace uso de la expansión y de la compresión para funcionar, evitando rotura de piezas y golpes e impactos durante su tracción. Por medio de sus válvulas se transporta el aceite dentro de las cámaras de estos, controlando golpes y oscilaciones grupo del terreno.
En la fase de expansión, el amortiguador se abre por medio del pistón, controlando la cantidad de aceite que pasa controlando la amortización. En la fase de compresión el proceso anterior se cierra, bajándose el pistón y fluyendo el aceite por medio de este.
Algunos síntomas de desgaste son las ruedas desgastadas, poca amortización, fugas de aceite, mala estabilidad, poca adherencia y un aumento de distancia de frenado.
Tipos de amortiguadores
En la historia de la automoción se han creado varios amortiguadores, que han ido modificándose según el tipo de vehículos o necesidades. Los más comunes son los amortiguadores hidráulicos, aunque también encontramos la variante de amortiguadores hidráulicos con válvulas.
También es frecuente encontrar amortiguadores monotubo, amortiguadores de doble tubo, amortiguadores regulables de dureza, amortiguadores regulables en altura, de frecuencia selectiva y amortiguadores reológicos. Todos tienen la misma función, pero su mecánica es diferente.
Síntomas de avería
Para circular con tranquilidad necesitas tener tu coche en buen estado y eso se consigue revisándolo. Esta revisión tiene mucha más importancia antes de efectuar trayectos largos como los que hacemos durante el verano. Antes de estos viajes conviene comprobar elementos clave que influyen en el desempeño del motor (lubricante, refrigerante, batería…), así como los componentes del denominado ‘Triángulo de Seguridad’.
Pero además de revisar frenos o neumáticos desgastados, también hay que prestar atención a los amortiguadores y otros componentes del sistema de suspensión. Se recomienda revisar los amortiguadores cada 50.000 kilómetros y, como parte de otros servicios del coche, que se realice el cambio y equilibrado de los neumáticos, así como la reparación o sustitución de los frenos.
Por otro lado, el desgaste de los amortiguadores es progresivo y puede dificultar la detección de pérdida de control. Asimismo, las piezas en mal estado pueden contribuir a diferentes problemas relacionados con la seguridad y la fiabilidad, entre ellos, la disminución del control de dirección, el aumento de la pérdida de control, derrapes y aquaplaning.
También se puede producir un incremento de la distancia de frenado y del desgaste de los neumáticos, que hace que sea desigual y puede, incluso, acelerarlo, reduciendo la tracción y el control en ciertas situaciones.
Además, el aumento de los impactos con la carretera y la vibración causados por unos amortiguadores desgastados puede afectar a la durabilidad y el rendimiento de otros componentes (dirección, suspensión y faros).